Por desgracia, el debate sobre los supuestos riesgos de los cultivos modificados genéticamente (OMG) no se ha basado en el análisis de los datos experimentales existentes, sino que todavía se limita a una lucha de pros y contras. Una de las principales razones de este comportamiento es la falta de un protocolo aceptable de evaluación de riesgos por parte de organismos públicos como la EFSA.

Siguiendo las directrices, los experimentos de alimentación en ratas con OMG solo se llevan a cabo durante 90 días, y se examinan muy pocas posibles modificaciones fisiológicas o anatómicas inducidas. El artículo de Séralini et al. ofrece una nueva visión holística de las diferencias entre ratas tratadas y no tratadas, en el sentido de que se han investigado no solo las cifras de supervivencia, sino también de tumores y problemas anatómicos, metabólicos, fisiológicos y funcionales, y todas mostraron diferencias muy claras entre las ratas de tratamiento y las de control.

Danièle Clavel, CIRAD-BIOS, Francia