Ser testigo de la fuerte presión por conseguir la retirada de los resultados de esta investigación es sorprendente y contrario al principio mismo de la ciencia democrática. Cualquiera es libre de argumentar en contra de este estudio, dentro del marco del debate democrático normal. Las potencias industriales, económicas o políticas que traten de restringir la libertad de expresión de un investigador estarán demostrando que rechazan este debate, negando el principio de la declaración universal de los derechos humanos, las constituciones democráticas de los Estados Unidos y Francia, y los principios fundamentales de la Unión Europea.

Dr. Bruno Bordenave, botánico y médico, Museo Nacional de Historia Natural, Francia