Soy neurobiólogo especializado en el área de la memoria. Utilizo ratas Sprague-Dawley y estoy acostumbrado a desarrollar paradigmas experimentales. Me sorprendieron los dramáticos efectos anunciados por los medios de comunicación y decidí echar un vistazo al artículo para formarme mi propia opinión. Me pareció un trabajo bien presentado, bien planificado, analizado con seriedad y argumentado convincentemente, proponiendo posibles explicaciones para los datos inesperados.

Escuché las distintas críticas formuladas respecto al trabajo y no me convencieron. Es cierto que las ratas Sprague-Dawley desarrollan tumores fácilmente, sobre todo según van envejeciendo. Sin embargo, el estudio comparaba ratas Sprague-Dawley expuestas y no expuestas. Por lo tanto, las diferencias entre estos grupos se deben a la exposición y esto [el aumento de la incidencia de tumores] no puede considerarse motivo de crítica.

Normalmente examinamos el comportamiento en grupos de ratas que van desde 8 hasta 12 especímenes. Todos los estudios del mundo, incluso los publicados en las revistas más prestigiosas, consideran que este número es suficiente. No soy experto en estadística pero la uso con frecuencia, y los análisis del artículo parecen haberse realizado correctamente.

Así que, aunque en un principio no estaba a favor de la posición respaldada por el estudio, el artículo me convenció. En mi opinión, los resultados son tan asombrosos que lo primero que habría que hacer es intentar reproducirlos, y esta es la única posibilidad de acuerdo con una posición científica. Escribo esta carta porque he oído que se está presionando [al editor de la revista] para que se retire el estudio y me ha sorprendido muchísimo.

Pascale Gisquet-Verrier, director de investigación del CNRS, Universidad de Paris-Sud, Francia